Dios, experiencia e “interioridad” en la fenomenología de Edith Stein: ¿Es legítimo creer en una presencia divina real como objeto de la experiencia religiosa, si es igualmente legítimo dudar de la naturaleza divina de dicho objeto?

Resumen

Al describir la experiencia religiosa, Edith Stein permite comprender no sólo su análisis de esta vivencia singular, sino también el sentido de su propia fenomenología. Aceptando la sugerencia de su amigo Roman Ingarden de establecer un paralelo entre el tratamiento dado a la “realidad” del “mundo” y el tratamiento dado al “objeto” de la experiencia religiosa, Edith Stein deja claro que, si es racionalmente legítimo creer en un ser divino como objeto de experiencia, también es metodológicamente legítimo dudar de la naturaleza divina de cualquier objeto de experiencia. Debido a su esencia sobrenatural, la Realidad Trascendente, Dios, hace que su experiencia no necesite pruebas, lo que serviría de base para el paralelo con la afirmación de la “realidad” u “objetividad” del “mundo”. Sin embargo, esta problemática no podrá ser tratada en los términos del así llamado “debate idealismo versus realismo”; y, específicamente en lo que respecta a la descripción de la experiencia religiosa, esta solo será auténtica si aborda su objeto o substancia como atributo de una experiencia.